Almirante, 5, 1º. Madrid.
La unión mental, espiritual y pictórica entre Brigitte Szenczi y Juan Antonio Mañas alcanza en estas pinturas una consistencia que traspasa lo epidérmico para alcanzar la categorÃa de esencial, por cuanto tiene de equivalente en el común detenimiento técnico asà como por la asimilación de temas, claves pictóricas y conceptos que, sin ser exactamente los mismos, sà maniobran comprendidos dentro de un mismo espacio. La relación entre las obras de ambos parece la de dos lugares separados por una fina lámina a la que diera forma la personalidad de cada uno. Dos palacios de única habitación, adosados y comunicados por una puerta que a cada poco cambiara de lugar. AsÃ, cada palacio tendrÃa los lÃmites del trasunto al que es capaz de llegar la transformación de la pintura Y su creación en estado mental, a la vez que constituirÃa el universo pictórico de cada uno: universos en que caben edificios, ciudades, libros y mundos enteros. El uso en estas lÃneas de sÃmiles arquitectónicos no deberÃa resultar gratuito cuando en las obras reunidas para esta muestra aquellos podrÃan estar sirviendo como conservante del éter onÃrico en que están empapadas.
La gesta es de un neo-barroquismo paralelo al de la época actual, época aquà re-imaginada mediante el pasado en cada una de las pinturas. En suma, podrÃa decirse que del vaciado y trenzado de las tripas pictóricas de dos grandes peces (auténticas Moby Dicks) resulta todo un inventario esotérico de la Historia de la pintura o de las imágenes, surgente desde debajo de la impronta del misterio. ¿Que qué misterio? Quizá el que subyace en los conceptos y su representación mediante la palabra y el sÃmbolo, el de los enigmas, el juego, la Historia o el azar. Todo un laberinto, es lo que plantean Szenczi y Mañas. Recorrerlo es comprender perdiéndose, o viceversa.
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